miércoles, 18 de mayo de 2016

Flamenquito eurovisivo.

A los españoles cuando nos dá por lo nuestro somos únicos, así que, de cuando en cuando, nos armamos de valor, pintamos las canciones de faralaes y hala, con una guitarra y unas palmas, a conquistar europa, con el flamenco y tó lo nuestro. Que se enteren esos rubios pecosos larguiruchos lo que es el arte de verdá.

Este año (2016) que hemos mandado por primera vez a una cantante (o cantanta, que uno no sabe ya qué es lo correcto) regalando los oídos europeos en la lengua del Chespir... del Sakespir... Shaspir...  en inglés, vaya, ha surgido la polémica.

Ya bastante calentito estaba el ambiente antes de saber los resultados, pero claro, al ver el éxito obtenido, la polémica está servida.

Que si porqué cantamos en inglés, que si le tenemos manía a nuestro idioma, que si no promocionamos lo nuestro, que si patatín patatán, el caso es que a nuestra esforzada representante de 2016 le ha llovido un aluvión y no de votos precisamente.

¿Y porqué no mandamos algo más español?

¿Porqué no algo flamenquito, que parece que es la única música realmente Española para muchos?

La verdad es que cada vez se oye menos música étnica en Eurovisión, aunque dicho sea de paso, tampoco es que se haya escuchado mucha nunca. También podríamos mandar a alguien cantando manchegas, que por cierto, son más antiguas que las sevillanas, (un poco de reivindicación nacional sin maldad alguna, lo juro). No sabemos cómo se daría la cosa de haber mandado a Barei con rodetes y refajo. Seguramente hubiera llamado la atención y quién sabe si el año que viene nos hubiéramos traído el festival a Albacete.
Remedios Amaya, la barca se le fué a la deriva

En todo caso, lo que sí sabemos es cómo nos ha ido cuando hemos llevado cantantes y canciones flamencas, poco a poco iremos haciendo repaso hoy nos vamos a acordar de los dos casos más extremos.

En 1983 hicimos una apuesta arriesgada. Mandamos a Remedios Amaya con una cosa extraña. Una especie de tecno flamenco que no le gustaba a nadie (ni a la propia artista). Algo así como: "o nos dejáis entrar en Europa u os seguimos mandando cosas de estas hasta que claudiquéis". La cosa tuvo éxito porque los europeos nos clavaron un cero que aún nos duele pero a cambio tres años después estábamos en Europa.

Remedios, el flamenco y los gitanos merecían algo mejor, sin duda. Otro día hablaremos de su trayectoria, injustamente castigada por el fracaso eurovisivo.



En 1990 la polémica volvió a estallar, adónde íbamos, otra vez con el flamenco, nos la íbamos a pegar fijo y bla, bla, bla...
Presentamos Bandido, de las Azúcar Moreno. Por cierto, tuvieron que repetir su entrada porque les falló no se qué de la grabación, fueron las primeras en salir, así que supongo que los técnicos no andaban muy finos. En este video se las ve retirarse del escenario y luego regresar interpretando la canción entera. No se pierdan al guitarrista... cuando se marchan las hermanas Salazar, ¡se pone a bailar el tío!.
Quedamos quintos, un puesto genial, háganse a la idea de que en los últimos 20 años nunca hemos alcanzado la quinta posición. Tampoco se pierdan la agilidad del guitarrista inventándose que tocaba. Da la sensación de que no ha visto una guitarra en su vida. Pero no se lleven a engaño, Pepe Marchante (que así se llama el guitarrista bailarín) fue guitarrista con la Jurado y había participado en Eurovisión en 1986 con Cadillac.
No se fien de la voz el off, como habla en alemán parece que está enfadado y dando órdenes a su ejército para invadirnos, nada que ver, es el tono que da su bello idioma. Alemania fue el único país que nos dió 12 puntos.
La coreografía parece no ser gran cosa tampoco, pero tampoco se fíen... hay que verla en su contexto, al lado del resto de los participantes parecían el mismísimo Chayanne.

En resumen, Flamenco si, pero con conocimiento.



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