martes, 16 de mayo de 2017

Manel Navarro y el eterno despropósito de TVE en Eurovisión.

Queríamos publicar un post sobre Manel Navarro antes de su actuación en Eurovisión pero no nos dió tiempo. Así que lo publicamos hoy no si antes advertir que, animales de corral aparte, nuestra opinión sobre la canción, sobre el artista, y sobre la terrible actuación de TVE en todo el proceso no ha cambiado lo más mínimo.

Comencemos por ver la actuación de Manel así, a lo bruto:

El Gallo de España y Olé

Hablamos ahora también porque independientemente de que estuviéramos de acuerdo con los terribles pronósticos que lamentablemente se cumplieron, somos de los que piensan que, una vez que ya no hay remedio, ante la actuación del representante de nuestro país, sólo cabe mostrar nuestro apoyo primero, y después ya se opina.

Bastante tenía el muchacho con defender "eso" como para meterle presión, que así salió como salió la cosa.

Pero mirad, no vamos a culpar del fracaso ni al ave de corral (los jurados de toda europa, que no le dieron NI UN SOLO PUNTO, votaron con la actuación del día anterior en la que no hubo ave), ni a la canción, que siendo un horror no explica per se, porqué la elegimos.

Aquí la votación del Jurado, fantástica la definición de Xabi Martínez que premió una marca personal que en tres minutos envenene a Europa... vaya que si la ha envenenado, amigo Xabi. Gracias Xabi, gracias Virginia Díaz. Sin vosotros no habría sido posible.



El problema que tenemos con Eurovisión es doble y no tiene que ver directamente, ni con las canciones ni con los artistas.

Tiene que ver con una televisión pública contaminada y un público no eurovisivo que entiende lo justo del tema y que diez años después sigue diciendo que el Chiquilicuatre quedó mejor que Rosa.

¿De dónde viene todo esto?
De largo.

Uno de los problemas que llevamos arrastrando es que nos lo creemos demasiado. No es que pensáramos que la nuestra era una buena canción, sino que nos empeñábamos (una y otra vez) en creer que era la mejor.

Cuando mandamos a Rosa López nos creíamos los reyes del mambo. Pero nadie pareció caer en que el formato no servía para elegir representante a Eurovisión. Porque lo que tienes que elegir es un paquete completo: canción y artista.

El formato OT elegía primero el artista y luego te obligaba a tragarte la canción que le iba. (Volvimos a caer en el mismo error con Eurne y Pastora Soler). Rosa quedó donde le correspondía, en un buen lugar, pero muy lejos de las expectativas que se oían por aquí y además quedó un puesto detrás del de David Civera un año antes. Ni la canción ni la artista eran eurovisivos. No lo suficiente. Pero leías las críticas y sobre todo las opiniones y parecía que no iba a haber puntos suficientes en el universo para darle a Rosa.

Ni de coña.

Y entonces vinieron los ayes y las injusticias y el crujir de dientes...

Volvimos a caer en el mismo error el año siguiente con Beth y luego llegó el desastre de los años 2005, 2006 y 2007 (Son de Sol, las Ketchup y D’Nash… ¿en serio?? ¿en qué estábamos pensando???)

Entonces quisimos revolucionarnos y nosotros mismos (una vez más) nos autodestruimos, en 2008 el público español elegiría la canción… y llegó chiquilicuatre. 

Lo peor no fue ni el atuendo ni la canción ni la interpretación del chaval, ni siquiera fue que consintiéramos que Andreu Buenafuente tomara el pelo a todo el país, no. Lo peor es que diez años después aún hay quien cree que chiquilicuatre quedó mejor que Rosa, cuando, si no hubiera sido por los 12 puntos de Andorra y los 10 de Portugal hubiéramos quedado cuartos por la cola. (30 países, TREINTA, no nos dieron ni un solo punto)

Diez años después, vivimos en un chiliquicuatrimsmo permanente, con un montón de gente que dice que no debemos tomarnos Eurovisión en serio. Y es verdad que es sólo un festival, pero un festival por el que muchos países se dejan la piel por llegar a la final. 

Mientras los españoles nos dedicamos a lo que mejor se nos da: autodestruirnos.

Lo del chiquilicuatre sirvió sobre todo para reafirmarnos en que no somos capaces de juzgar con un mínimo de objetividad lo que mandamos a Eurovisión, y al final ¿qué pasa? Pues que sin sentido crítico, todo vale.

En 2010 por poco volvemos a liarla parda, y casi mandamos a John Cobra. Menos mal que al muchacho le dio por pedir a los asistentes mientras lo abucheaban que le succionaran cierta parte de su anatomía. (Y aun así no quedó último en la preselección).

Y lo de este año, es un caso digno de laboratorio. Ratifica punto por punto lo que acabo de decir. Leyendo los comentarios de algunos euroflanes sobre la canción de este año parece que no tenemos remedio.

"La canción es estupenda", "hay una campaña injusta"... "Manel es un artistazo..."

A ver, chicos, si es blanco, está en una botella, en la que pone “leche”, parece leche, huele a leche y sabe a leche, es que es “leche”.

La canción que mandamos este año, no fue la favorita del público español, quedó en tercer lugar en la votación del público, Mirela sacó el triple de votos que él. En segundo lugar quedó Leklein con una canción que bueno... en fin...

A ver cómo os lo explico; ¡¡QUE MANEL NO NOS GUSTÓ NI A LOS ESPAÑOLES!!. No gusta a la crítica, ni a la de España, ni a la del NINGÚN país europeo, se pasó meses a la cola en las apuestas desde que salió. Pero nos empeñamos en decir que es buena…

Pues bueno, pues vale, pues me alegro.

¿Qué ha fallado entonces? Pues todo.

Toodo lo que podía fallar ha fallado. Ha fallado el tacto de TVE, ha fallado el dirigismo (evidente) hacia determinadas canciones, sólo pasaban a la final de “Objetivo Eurovisión” las que supuestamente “votaba” primero la gente pero eso sí, mientras se podía votar, TVE repetía una y otra vez, en los previos, en los telediarios… cuáles eran las canciones “favoritas”, para que la gente no tuviera dudas.

Pero sobre todo ha fallado el procedimiento de dar más valor al voto del Jurado y que el mismo jurado aprovechó muy bien. Con una final convertida en un duelo entre Mirela y Manel, la votación de Xabi Martínez, que consideró la canción de Mirela, no sólo peor que la de Manel, sino LA PEOR DE TODA LA FINAL ¿??¿?¿¿??¿?¿ fue una jugada tan evidentemente calculada que el programa terminó de la peor forma posible: haciendo palidecer al mismísimo Rosario de la Aurora, con el público en versión hooligan del Newcastle, una agresión al jurado y un gesto obsceno del chaval que acababa de ganar. (No llegó al “Comerme la p***a “ de John Cobra pero le faltó poco)

Los tongos se pagan, dice Angel LLacer, y es verdad.

Al final, todo lo que podía salir mal, salió mal, incluido, sobre todo, el engendro que les hemos encasquetado a los europeos, que ha asolado Europa como si fuera un Tecio de Flandes que se ha quedado sin paga.

Lo del gallo es lo de menos. He leído una crítica en la que se dice que gracias al gallo la canción ha pasado a la historia, si no no se acordaría ni cristo del muchacho este.

Y tampoco es de recibo el trato dispensado por algunos medios como La Vanguardia, que ha pasado de esto, a esto en menos que canta un gallo, pasando por un titular absolutamente vergonzoso que afortunadamente borraron, porque no era propio ni siquiera de La Vanguardia.

El año que viene mandamos otro.


Luego lloramos.

miércoles, 1 de febrero de 2017

¿Qué fue de... Ofra Haza?

Inauguramos una sección en Guayominí dedicada a la vida de los artistas que participaron en Eurovisión, después del propio festival, y lo hacemos con Ofra Haza, una cantante muy peculiar, una Israelí con familia de origen Yemení que no ganó Eurovisión pero dejó muy buen sabor de boca cuando participó en el festival de 1983 celebrado en Munich, quedando en segundo lugar detrás de Luxemburgo (fue la última vez que ganó Luxemburgo el festival).

Ofra nació en Tel Aviv, ciudad que es capital de Israel para todo el mundo... menos para Israel, que es Jerusalén (sí, son esas cosas que pasan en ese sitio, allí todo es complicado). Nació el 19 de noviembre de 1957 y, como dijimos, su familia es de origen Yemení y es que los Israelíes son como los de Bilbao, que nacen donde les da la gana, el caso es que en Yemen, a más dos mil kilómetros de Israel, en mitad de un país árabe y sin saber exactamente cómo puñetas fueron a parar ahí, vivía una cantidad bastante grande de Judíos. Como en Yemen está el origen fabuloso del reino de Saba (la chica de Salomón), hay quien dice que son Judíos que se fueron con ella de vuelta, pero el caso es que, aparte de no haber evidencia alguna de eso, supuestamente cuando Salomón Israel estaba "en tó lo suyo" y a ver qué narices iban a hacer un montón de Judíos marchándose con una reina extranjera al quinto pino (o a la quinta duna)...

Los Judíos yemeníes, rodeados de árabes vivieron temporadas de paz y de... digamos que notantapaz -sobre todo estas últimas-, y así poco a poco, en cuanto podían iban regresando a Israel. La mayor parte de ellos, unos 50.000, regresaron en una operación que organizó el gobierno israelí entre 1949 y 1950, quedando unos cuantos todavía en Yemen. Hoy en día se calcula que hay algo más de medio millón de Judíos de origen Yemení en el mundo, de los cuales unos 430.000 viven en Israel, y en Yemen... pues las cosas están bastante complicadas, para todo el mundo en general y para los judíos en particular, se supone que quedan unos... 10.

Después de esta clase de historia, volvemos con Ofra Haza.

Terminó la mili en 1979, porque en Israel las mujeres tienen que hacer una mili de 21 meses (casi dos años), y es que un país cuyos vecinos han jurado destruir no está para chorradas machistas sobre si las mujeres pueden o no servir como soldados, y al terminar sl servicio militar grabó su primer disco.
En 1982 Ofra participó por primera vez en Eurovisión, haciéndole los coros a su compatriota (de origen Sefardí) Avi Toledano, y el año siguiente, se lanzó a Eurovision con "Hi" una canción compuesta por el propio Toledano (Toledano de apellido, porque el muchacho nació en Marruecos), que, como dijimos quedó segunda, y sonó así en Munich:


Después de Eurovisión siguió publicando discos, explorando el folckore Yemení y mezclandolo con nuevos sonidos con bastante acierto.
En 1984 graba una canción que acabaría por hacerla tremendamente famosa en todo el mundo, Im Nin'alu (no intenten pronunciarla), una canción compuesta por un poeta Judío yemení en el siglo XVIII.

Aunque la había cantado previamente, concretamente se conserva esta versión de 1978:


Pero ni la versión del 78, ni la del 84 le dieron la fama, sino esta mezcla de 1988 que fue número uno en  cinco países (entre ellos España):

Su carrera continuó, manteniéndose bastante arriba en el panorama musical mundial. En 1998 grabó en 17 idiomas "Deliver Us" (Libéranos) para la banda sonora de "El Príncipe de Egipto", con una capacidad asombrosa para cantar en lenguas distintas a la suya -para que os hagáis una idea, grabó una versión en Español de América y otra distinta en Castellano. Aquí tenéis el ejemplo: entra a partir del minuto 2:10, (no os asustéis, las primeras palabras que canta están en hebreo) Por cierto, si veis la película y le encontráis cierto parecido a la madre de Moisés con la cantante israelí, no os parezca extraño, se inspiraron en ella para darle forma a la cara, y además ella misma le dió voz en la película ¡en muchos países!.


Previamente había interpretado en la ceremonia de entrega de los premios Nobel de la Paz de 1994 -que reconocieron a Yasir Arafat, Shimon Peres (otro Judío de origen sefardí) y a Yzak Rabin-, con la canción (compuesta ex profeso -osea, apostica-) Paint Box.

Un año después interpretó el que fue uno de sus grandes éxitos en Israel, esta canción en la que pregunta a Dios cómo parar las lágrimas. Su interpretación en el memorial de Yzak Rabin (que había sido asesinado una semana antes) la elevó al olimpo de los artistas judíos -si es que eso cabe en un artista judío-



La canción volvió a convertirse en un himno cuando se produjo la trágica muerte de la artista, el 23 de febrero del año 2000 por culpa del SIDA, con 42 años. Algunos medios de comunicación culparon a su marido, con el que se había casado tres años antes, de contagiarle la enfermedad, él, que siempre defendió que se debió a una transfusión de sangre en Turquía, falleció un año más tarde por una sobredosis de crack. No tuvo hijos.

Un triste final sin duda para una grandísima artista.









lunes, 23 de enero de 2017

Antes muerta que en Chinchilla. Eurovisión Junior.

No tenemos nada contra la capital de la tierra de Montearagón, noble ciudad de Chinchilla, que si hubiera sido elegida capital de provincia cuando las reformas de Jaime de Burgos en 1833 (a punto estuvo), seguramente otro gallo nos hubiera cantado a todos los albacetenses. Por lo menos tendíamos algo más que enseñar en la capital, la verdad... pero regresemos a Eurovisión que esa es otra guerra...

Valga el Juego de palabras del título de esta entrada para hablar hoy de una faceta del festival que los españoles tenemos muy abandonada, pese a que las pocas veces que nos presentamos nos fue bastante bastante bien.

Eurovisión Junior nace en 2003 para tormento deleite de los europeos que buscaban en las estridentes dulces voces de los niños europeos un momento musical que reforzara al festival de Eurovisión.

España participó los cuatro primeros años. Y la verdad es que no nos fue nada mal. Ganamos una vez, en 2004, quedamos segundos dos veces y cuartos en 2007, y nunca más se supo.

Nunca ningún participante ha recibido 0 puntos en Eurovisión Junior, porque los organizadores, perpetuando la vieja tradición que lleva a confundir a los niños con seres estúpidos, les dan 12 puntos de entrada a todos, y los niños así hacen como que no sienten la presión del concurso.

El festival de la canción de Eurovisión Junior sigue perpetrándose celebrándose hoy en día, el último ganador ha sido Georgia, en el festival que se celebró en Malta el 20 de noviembre de 2016. Por cierto en Eurovisión Junior no participa España, pero sí Australia ese país tan europeo como las pagodas vietnamitas.

Increíblemente, máxime teniendo en cuenta lo que nos gustan los programas con pequeñajos que hacen como que son mayores, España ni siquiera lo retransmite. TVE no tiene para mandar un chaval a Malta, mucho menos para celebrarlo si le da por ganar. De hecho hace tiempo que el festival ni siquiera se puede ver en España porque Televisión Española no está por la labor de retransmitirlo, y el resto de televisiones del país están a otras cosas muchísimo más provechosas intelectualmente como Sálvame, La isla de los Famosos y demás.

"Desde el cielo" nos cantaba Sergio en 2003, y a punto estuvo de alcanzarlo. Quedó segundo.

La gracia y el estropajo de María Isabel conquistó Eurovisión en 2004. Ganadora a 30 puntos del segundo. En 2016 intentó volver, pero lo españoles, que somos unos desagradecidos, nos decantamos por el "singular" baile de rodillas y el vestuario con botines de Barei.

A tres puntos se quedó Antonio José del primer puesto en 2006 con esta canción con dedicatoria a su Abuela que había fallecido muy poco antes del festival. 

El "peor" resultado de la historia de España en Eurovisión Junior, (y el último porque ya no volvimos) fue el cuarto puesto -quién lo pillara- de Dani. Con "Te doy mi voz"

Otro día lo dedicaremos a "qué fue de..." especial "Eurovisión Junior" y repasaremos la trayectoria de estas pequeñas estrellas, que desde aquél ya lejano 2003 ya han tenido tiempo para despuntar... o no. Como veremos en algún caso no tienen desperdicio...